Empieza el día con el mejor desayuno

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Un buen desayuno, además de aportarnos la energía necesaria para iniciar nuestra jornada laboral o escolar, nos ayuda a controlar el peso.

El 80% de los españoles adultos no toma un desayuno equilibrado y saludable, de los cuales la mitad son jóvenes de 18 a 24 años. Además, un 11% de los niños no desayuna en absoluto. Preocupante, ¿verdad?

Aunque más del 45% de los españoles reconoce saber la importancia de esta comida, según un estudio elaborado por un supermercado alemán en colaboración con “5 al día”, solo 2 de cada 10 desayuna de forma equilibrada y más del 40% dedica menos de 10 minutos entre semana.

¿Por qué es importante desayunar?

Esta primera comida del día constituye entre el 20 y el 25% del total de la ingesta de calorías del día. Un desayuno equilibrado y variado asegura un buen rendimiento físico e intelectual. Pero no solo eso. Desayunar ayuda a controlar el peso. Como demuestran algunos estudios, saltarse esta comida dificulta mantener el peso corporal para personas que hacen dieta porque puede activar mecanismos de almacenar grasa en el organismo.

Además, evita y previene estados de malnutrición, ya que asegura los nutrientes que necesita el cuerpo para mantenerse sano. Incluso puede afectar a la salud de tu corazón, según un estudio de la Universidad de Harvard, que constató que las personas que no desayunan tienen hasta un 27% más de posibilidades de padecer un infarto. Increíble, ¿verdad? Cuando te saltas el desayuno es más probable que tengas más hambre durante el día y necesites tomar más calorías, lo que provoca que tu cuerpo tenga que procesar más calorías en menos tiempo. Esto puede aumentar el azúcar en la sangre, y a la larga obstruir tus arterias.

¿Qué es un desayuno equilibrado?

Un café con leche y una pieza de bollería, desde luego, no es un desayuno ni saludable ni equilibrado. Para que pueda considerarse completo y equilibrado, los nutricionistas aconsejan que incluyas lo siguiente:

  • Leche o derivados lácteos (yogur, quesos, kéfir), mantequilla y margarina. Estos alimentos proporcionarán a nuestra dieta proteínas de buena calidad, calcio, vitaminas del grupo B y vitamina A. Elige mejor lácteos desnatados.

  • Frutas: mejor que sean enteras, ya que en zumos o en mermeladas son ricas en azúcares y pobres en fibra. Ayudarán a cubrir las recomendaciones de minerales, vitaminas hidrosolubles y fibra.

  • Farináceos: cereales, pan de diferentes tipos, galletas. Siempre es mejor que sean integrales o de cereales enteros. Aportarán hidratos de carbono complejos, además de vitaminas y minerales. Consume de forma excepcional bollería industrial alta en grasas y azúcares.

  • Huevos, carnes (embutidos) o pescados (conservas). Serán una buena fuente de proteínas.

¿Qué puedes desayunar?

Un desayuno no tiene por qué ser monótono y aburrido. Todo lo contrario. Lo ideal es que cada día incluyas alimentos diferentes. La variación nos permitirá disfrutar de diferentes sabores y texturas.

El lunes puedes tomar un café con leche y un bocadillo de atún con tomate y lechuga, y de postre, unas ciruelas; el martes, un bol de cereales integrales con leche y frutas troceadas; el miércoles, un vaso de leche, unas galletas y una pieza de fruta; el jueves, un yogur con fruta troceada y unas tostadas con mermelada; el viernes, un bol de muesli con leche y una pieza de fruta.

Piensa que es cuestión de imaginación y de disfrutar también durante el desayuno.

Y sobre todo, ¡no te saltes el desayuno!