Calvo crea la primera lata redonda

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TRAEMOS LA LATA REDONDA A ESPAÑA

Tras el atún claro, llegó la que sería la segunda gran novedad industrial, que impulsó su comercialización: la lata redonda.

El nuevo producto necesitaba un nuevo envase que lo diferenciase del resto de conservas de atún, principalmente elaboradas con atún listado y enlatadas en envases de gran tamaño u ovalados. La compañía introdujo en el mercado un envase de tamaño más práctico para el consumo en el hogar, más pequeño y de forma redonda. Un nuevo hito en la historia de innovación de la compañía, que cumplía entonces 25 años, y que resultó un éxito sin precedentes y marcó la pauta al resto de la industria.

En la actualidad, más del 90% de las latas de atún que se comercializan en España son en el formato redondo que lanzamos al mercado en 1965

Calvo crea el nombre «Atún Claro»

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una apuesta decidida por la especialización en atún claro

A mediados de los años 60, Luis Calvo confiaba plenamente en las posibilidades que la conserva de atún tropical supondría para la compañía, tanto por su sabor y capacidad nutritiva, como por ser un pescado que permitía romper la tradicional estacionalidad del sector.

Daba comienzo así nuestra especialización en la elaboración de atún en conserva. Al principio la compañía optó por el atún listado, pero fue la apuesta decidida por el atún de aleta amarilla (Thunnus albacares), atún claro en la terminología española, la que de nuevo hizo que Calvo se adelantase al resto de la industria.

El atún claro era entonces un producto novedoso que no utilizaba casi ninguna otra conservera. Con los años, llegaría a ser el atún más consumido en España, con un 70% de cuota de mercado.

A finales de los 60 el atún era ya el producto más importante en la producción de la fábrica de Carballo y sería el protagonista de su expansión hasta multiplicar por cinco su capacidad.

Invención de la primera empacadora Calvo

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LUIS CALVO SANZ INVENTA LA PRIMERA EMPACADORA DE ATÚN DEL MUNDO

A comienzos de los años cincuenta la sardina fue progresivamente sustituida por atún. Las dificultades de la época para conseguir maquinaria para empacar el pescado movieron a fabricantes como nuestro fundador a buscar soluciones creativas e innovadoras para seguir desarrollando sus negocios.

Luis Calvo desarrolló en 1956 su propio sistema para enlatar atún a partir de una pieza de tostar café y un casco de proyectil. Se trataba de un cilindro de hierro provisto de bisagra para abrirse en dos mitades y ser rellenado por lomos de atún que posteriormente eran cortados en porciones similares. Con una capacidad de producción de 36 latas por minuto, la nueva empacadora era mucho más rápida y eficiente que cualquier sistema existente en ese momento, y permitía, además, ofrecer una mejor presentación del producto final, más uniforme en peso, contenido y aspecto.

El sistema fue patentado en la Oficina de Patentes y Marcas el 13 de septiembre de 1936. La innovación de Calvo supuso un hito en la industria conservera gallega y europea, ya que se llegaron a vender más de cuatrocientas empacadoras en todo el mundo.

En esta época se incorporó a la compañía la segunda generación de la familia Calvo. Jose Luis Calvo, hijo de nuestro fundador y actual presidente de honor de Grupo Calvo, que continuó impulsando la innovación recorriendo el mundo y conociendo las principales novedades y tendencias de las distintas industrias conserveras internacionales.

Luis Calvo Sanz fundó Grupo Calvo

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Calvo inaugura su primera fábrica de conservas

A partir de un pequeño negocio familiar, un almacén de coloniales en la localidad gallega de Carballo, y tras varios intentos con las conservas de vegetales y de carne, Luis Calvo Sanz puso en marcha a principios de los años cuarenta un proyecto empresarial basado en la elaboración y la comercialización de pescado enlatado, iniciando así la historia de una de las compañías conserveras más importantes del mundo.

El trabajo en la primera fábrica de Calvo

En 1941 comenzó a funcionar la que fue la primera fábrica de Calvo en Carballo, una instalación modesta en la que trabajaban 25 personas y en la que el empacado se realizaba a mano con la materia prima que llegaba de los puertos gallegos de la Costa da Morte.